Y un día desperté de un espejismo que solo traía ansiedad y frustración.
Desde hace varios años comencé en este mundo ,al principio me veía enamorada por lo que veía y sentía una gran necesidad de crecer y poder estar entre los que
Al parecer se habían esforzado lo suficiente como para ser los referentes a seguir.
Con el tiempo comencé a entrar en una gran lucha interna, porque (no todos ) pero si una parte te hacía creer que la forma del éxito se traducía en fotos con poses super elegantes, conversaciones que solo hablaban desde el ego,con miradas que desfilaban por arriba del hombro ,de la exclusividad de una técnicas complejizando los procesos con palabras rebuscadas y muchas inventadas que atentan con nuestra inteligencia, productos estrellas que son justificados en lo absurdo pero aún así... si no accedes a eso ¿Quien eres?.
Y se volvió una carrera:
Donde solo si querías crecer precisabas ser parte de algo porque sino seria como deambular y por mucho que te esforzaras nadie voltearía a mirarte.
En congresos que terminaban siendo más como parte de un show y seguías pensando... ¿Que se debe hacer para pertenecer?
Porque ser quien eres y como eres no encajaba, es como querer ser parte de un rompecabezas y darte cuenta que eres esa pieza cuyos bordes no corresponden.
Conocí a mucha gente: Gente increíble , artistas que dejan la diferencia .
También gente absurda que se jactan como si lo que hicieran fuera parte de un proyecto de la cura del sida o de la cura del cáncer.
Y aún así puedo decir :
Que quizá lo que viví desde niña me ha permitido tener está solidez en mis pensamientos, tuve la libertad de cambiar de carrera 3 veces conociendo personas que hablaban de muchas cosas, de ciencia, filosofía, de sociología. Tuve profesores con doctorados y ser los más humildes. Pertenecí al coro nacional de mi país y compartí con músicos increíbles con profesores que habían estudiado en Viena y eran todo un amor. Estar frente a la batuta de Gustavo Dudamel y mirar como tras bastidores era un niño que se reía y compartía con todos nosotros , con la sencillez que siempre le caracterizo.
Tengo tíos y primos especialistas en medicina y nunca los vi mirar por encima de nada.
Mi papá ingeniero con años en el metro de Caracas y recibió conmemoraciones y nunca lo vi creyéndose más que nadie Mi madre con una inteligencia grandísima que podía hablar de física cuántica y debatir con quien quisieras y nunca la vi con infulas de algo.
Tengo amigos que me inspiran, que hacen cocina molecular, que hacen prótesis para perros, que tienen un proyecto de fisioterapia para músicos en Canadá, que graban su propio disco y son productores haciendo cortometrajes increíbles, que trabajan con personas con parálisis cerebral y hacen que a través de la danza contemporánea se levanté de la silla de ruedas.
¿Y adivina qué? No sé creen más que nadie, ni inventan palabras para de una forma ridícula acaparar la atención de alguien.
La micropigmentación burbuja es un chiste, una en los que muchos creen aún cuando implique ser afectados en su autoestima y ansiedad .
¿Sabes un cosa ?
Podemos hornear un pastel y estar quebrado por dentro , luego camuflarlo con una cubierta satinada con brillantinas de colores y ¡verse tan bien ! Pero seguirá quebrada por dentro.
Para mí eso es vivir burbuja.
Hoy por hoy me identifico con muchos profesionales increíbles en este medio pero no miran a través de la burbuja.
Para terminar diré: Burbujita burbujita te despido porque el mundo es mucho más increíble allá fuera.
Posdata: Brené Brown, académica y escritora estadounidense, habla del precio de exponerte en la arena y que la valentía tiene un precio y entre ello gente que te amara y gente que te odiara
Pero que le crítica de aquellos que lo hacen desde sus asientos baratos de cobardía, no te importe.
Atte: Verónica Montaño
Instagram @veronicapmu.
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